Sunday, June 05, 2011

Tierras mendocinas conquistadas por extranjeros

Bono compra tierras en Tupungato, la mitad de Malargúe es de los malayos y el Valle de Uco es zona cosmopolitana donde franceses, españoles, italianos, norteamericanos y griegos invierten en tierras y bodegas. Todo esto no es casualidad, Mendoza es una de las regiones más atractivas para inversiones vitivinícolas en el mundo tanto por su malbec cada vez más difundido como por el encanto natural de una provincia sudamericana con una economía accesible.

Por Carla Luna

Agua dulce y tierras aptas para la producción y la explotación de subterránea son riquezas que colocan a la Argentina entre las inversiones más apetecibles, sumado a eso la moda mundial de viñedos en la tierra del tango, colocan a Mendoza en la primera fila para los inversionistas vitivinícolas o simplemente para aquellos amantes del vino que quieren hacer el propio. Si bien a nuestra provincia las inversiones extranjeras en la vitivinicultura impulsaron un mercado con vuelo que estaba prácticamente sin explotar y que hoy en día nos permite posicionarnos como la octava capital del mundo en materia vitivinícola, también es cierto que una importante extensión de tierras dejaron de estar en manos mendocinas para pasar a ser capitales extranjeros.
En el país, la venta de inmuebles rurales a extranjeros no está regulada ni existe un registro oficial de tales operaciones. Por lo tanto es imposible contar con datos ciertos sobre la cantidad de hectáreas que ya han pasado a manos foráneas en las distintas provincias y por supuesto Mendoza no es la excepción. Ningún organismo gubernamental (Registro de la propiedad, Dirección de Catastro, INV) registra las propiedades adquiridas por extranjeros, y este es uno de los detonantes que manifestaron más ruido ante el proyecto de ley impulsado por la presidente Cristina Fernández, que limita la venta de tierras a extranjeros. La iniciativa tiene por objeto crear un registro único nacional de bienes inmuebles (actualmente depende de cada una de las provincias) “para la protección del dominio nacional de las tierras rurales”. El proyecto oficial contempla no modificar los derechos adquiridos por actuales tenedores de tierras y, de aprobarse, el nuevo registro no demoraría más de 180 días en entrar en vigencia.
En principio, la normativa propuesta establece que los extranjeros solo pueden comprar 1.000 hectáreas por región, -aunque la presidente aclaró que este es un aspecto a evaluar-. En nuestra provincia, los inversores más grandes fueron los malayos que compraron 250.000 hectáreas en la Cordillera Andina con fines básicamente turísticos en el reconocido centro de esquí Las Leñas. Esto significa prácticamente la mitad de Malargüe, lo cual incluye riqueza patrimonial y la connotación de estar en una zona de fronteras. Este tipo de inversiones en nuestra provincia son las menos, ya que la mayoría viene a invertir en tierras vitivinícolas, las cuales son comercializadas en dimensiones mucho menores, aunque sumados todos los inversionistas que compran entre 40 y 50 hectáreas promedio llegarían a unas 250.000 hectáreas más en manos de españoles, italianos, franceses, norteamericanos, canadienses y chilenos. David English, proveniente de Estados Unidos, lleva más de 10 años en Mendoza asesorando a extranjeros en negocios locales y asegura que la inversión en tierras para el usufructo de la vid ha disminuido notablemente porque los valores de la tierras han aumentado de manera significativa. “En los últimos años, hay menos gente extranjera comprando propiedades grandes. La mayoría compra dos o tres hectáreas en un emprendimiento que esté administrado como Tupungato Winelands o The vines of Mendoza, complejos en los que evita riesgos y pueden tener su propio viñedo” explicó el asesor y aclaró que esto no es una cuestión de inversión, sino un placer para extranjeros amantes del vino que puedan tener su propio viñedo y hacer su propio vino en una región que actualmente cotiza por su extravagancia. Por lo que se interpreta que Mendoza ya no está vista como un lugar conveniente para invertir. “Mendoza debería venderse en el extranjero lo más independientemente posible del resto de Argentina. La imagen exterior del país está muy deteriorada, situación que no ocurre cuando uno habla de Mendoza con personas que la conocen” comentó José Manuel Ortega, chairman del grupo español O Fournier quien consideró que la inflación de la Nación se trasladan lentamente a la provincia afectando cierto déficit de infraestructura vial y poca conexión con puntos en el exterior.


Límites de frontera
Particularmente, a legisladores y entidades preocupan las denominadas “zonas de seguridad”, que son las tierras ubicadas en los 150 kilómetros de las fronteras y a 50 kilómetros de las costas. Justamente nuestra provincia se halla dividida por la ruta 40 Corredor Bioceánico que es la línea tácita de este margen fronterizo, lo cual significa prácticamente la mitad de la provincia. En este cordón se ubica uno de las joyas vitivinícolas para la inversión extranjera: el Valle de Uco y sus vinos de altura, donde franceses, españoles e italianos invirtieron entre el 2000 y el 2005 con infraestructuras que dan fruto en el mercado exterior. Bodegas que en la actualidad exportan el 80 % de sus producciones. “El negocio no esta en tener un viñedo y vender uva sino en exportar” dice David English. El Clos de los Siete, y las bodegas francesas Atamisque y Lurton, coinciden en un alto porcentaje de exportación sobretodo de un malbec que no se consigue en otros lugares del mundo y que se da en tierras que se consideraban no aptas para la vitivinicultura, las cuales resultaron optimas para la agricultura en general. “De los 800 hectáreas hay cultivas 400 en frutales: cereza, pera, nuez, durazno, y algo de castaña. Se exporta la gran mayoría, solo se destina un porcentaje de frutas secas al mercado interno” comenta Philippe Caraguel, Director de Bodegas & Estrategia de Atamisque.

Xenofobia o protección de riqueza nacional
“Argentina es un barco de hijos de inmigrantes suelen decir los argentinos apenas llegas a este país por lo que es ilógico que ahora haya fobia a la inversión extranjera cuando tienen tanta historia inmigrante” dice David English. Una línea muy delgada puede ocasionar malestar entre los mendocinos y los extranjeros que eligieron nuestra provincia para vivir. En la Patagonia, la familia italiana Benetton posee 900.000 hectáreas pero no viven en ellas, a diferencia de los extranjeros que llegaron a Mendoza y no solo invirtieron sino que muchos de ellos la eligieron para quedarse. “Mendoza tiene un encanto de clima que no existe en todos lados. Desde lo afectivo, la gente es cálida y tienen costumbres lindas como tomar mates, comer asados, jugar al truco, ir al parque el domingo y juntarse con la familia y los amigos y desde la economía, es una ciudad muy diversificada no tiene una sola industria, sino varias lo que permite que los extranjeros podamos insertarnos en varios ámbitos” se explaya David English. El club de extranjeros reúne justamente a 100 socios que se desarrollan en diferentes ámbitos desde hotelería, restaurantes, bodegas, educación y negocios varios y que se asentaron en Mendoza. “La inversión extranjera crea riqueza en el país, paga impuestos que van a los argentinos/as, genera puestos de trabajo, aporta en algunos casos tecnología. Es curioso que una vez más se va con el pie cambiado: cuando todo el mundo, incluido USA está desesperado por conseguir inversiones productivas, aquí se les quiere ahuyentar” dice José Manuel Ortega, Chairman de O. Fournier Group. Sin embargo, la misma presidenta advirtió: “la ley debe ser suficientemente inteligente para que no tenga un sesgo anti inversor que nos plantee a los argentinos como xenófobos y refractarios de cualquier tipo de inversión. Se la plantea como un instrumento que asegure que todos los recursos que van a ser vitales para el siglo XXI, sigan precisamente en órbita y competencia nacional, lo cual no significa desalentar la inversión extranjera”.


¿Porque la eligen los extranjeros?
Desde el punto de vista de la viticultura, Mendoza posee ciertas características únicas en el mundo que la posicionan como una de las gradesvista de la viticultura, Mendoza posee ciertas características únicas en el mundo que la posicionan como una de las grades regiones del vino de calidad a nivel global. Sus suelos, climatología, calidad y edad de los viñedos, junto con un know how humano e inversiones en tecnología punta, hacen de Mendoza una zona extraordinaria. “Mendoza es una provincia que ofrece unas condiciones únicas para la consecución de inversiones en áreas diversas. Posee infraestructura hotelera, mano de obra capacitada y en, general, trabajadora, universidades de prestigio, tamaño ideal para el desarrollo, buen empresariado local que apuesta por su provincia, y una buena institucionalidad política. Desde el punto de vista inversor, Mendoza sigue ofreciendo un atractivo importante, conviviendo empresas locales y extranjeras, fuera de los ruidos pseudo-xenófobos de regulaciones sobre la propiedad de tierras por parte de extranjeros” reflexiona José Manuel Ortega.
El arribo de Concha y Toro a Mendoza se produjo en los años 90, puntualmente en 1996, momento de fuertes inversiones extranjeras en Argentina. “Mendoza fue la primera elección por sus características únicas de suelo y clima. La tradición vitivinícola de la provincia también fue un factor determinante al momento de la selección. Por su lado, la uva Malbec, que en esa época era una cepa poco conocida en el mundo, nos sedujo con sus taninos dulces y su intensa fruta. Tanto fue así que siempre encabezó las líneas de vinos Premium”, afirma Mónica Caamaño, Gerente de Marketing.

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