Friday, December 03, 2010

Trompul, comunidad mapuche





Carla Luna


Cuando cursamos historia argentina en la escuela nos cuentan a vuelo de pájaro la campaña del desierto ideada por el entonces ministro de Guerra Julio A. Roca y prácticamente es en el único momento que recordamos sobre el paso de las culturas aborígenes en nuestro país. Pese a que “la exterminación del indio” fue una masacre que arrasó eliminando todo lo que a ellos refiriera, algunas aprovecharon su sapiencia de la geografía para ocultarse y persistir. Por eso el turismo atropológico cultural tiene tanto para desarrollar y ofrecer a aquellos que se inquietan por saber más sobre otras culturas que habitan nuestro propio país.
La Patagonia tiene varios pueblos escondidos provenientes de la comunidad mapuche. En San Martín de los Andes, por la ruta internacional 48 al paso internacional Hua Hum un desvío que conduce al Mirador Bandurrias llega 4 kilómetros por huella sinuosa a Trompul, donde habita la comunidad mapuche Cayún. Muchos turistas cuando llegan a esos lugares esperan ver al Cacique con plumas en la entrada del poblado, lo cierto es que no lo verán ni en al entrada, ni en el interior porque ellos viven dentro de un clan organizado política, económica y socialmente, aunque conservan creencias, costumbres y leyendas arraigadas que de alguna forma se han visto agiornadas a la vida moderna.
Sabiendo del interés por conocerlos, estos mapuches están preparados para el turismo, con pequeños y rústicos restaurantes con comidas caseras, mientras que los animales andan sueltos y sumamente cuidados: patos con plumajes impresionantes, caballos lustrados y vacas que parecen pintadas. Lo atractivo de estos poblados es que viven en una especie de socialismo bien interpretado donde consiguieron por parte del gobierno el reconocimiento de sus tierras y todo le pertenece a todos.
Desde que uno atraviesa el ingreso a la comunidad, la naturaleza se desborda con cipreses, lengas, impresionantes flores silvestres que parecen orquídeas, lupinos, y una flora autóctona que le levanta como un bosque atravesado por ríos y causes. Los autos quedan en la entrada por lo que el interior es naturaleza misma con bandurrias, picaflores y colibríes alentando los colores y sonidos del lugar. El circuito más popular de la comunidad es el paraje a La Islita, por lo que llegan los turistas, que son aproximadamente 2.5 kilómetros caminando para llegar al márgen más oculto del Lago Lácar con una vista que no se consigue en ningún punto turístico tradicional desde San Martín de los Andes.

La leyenda de la piedra

El nombre de la comunidad deriva de la priedra ubicada en la escuela, la cual colecciona cientos de leyendas, pero la más reiterativa por su gente dice: “Que cuando el viento sopla, la Piedra se hace sentir y hasta en la propia ciudad de San Martín de los Andes se llega a oír. Cuando esto sucede la Piedra emite un sonido, el cual esta directamente relacionado con la proximidad de una nevada.
Si bien la Piedra emite un sonido es producto a que la misma posee en su interior una cavidad hueca. Hasta la actualidad muchos han llegado hasta la cima de ella, pero ninguno entró en su interior, motivo por el cual aún hoy no sabemos si es leyenda o es real que que dentro de ella se encuentra un Trompul.

Curiosidad

Particularmente en esta comunidad – a diferencia de otras en la Patagonia que han sido explotadas turísticamente- no hay ningún guía que explique esta cultura, uno va adentrándose y los mismos habitantes van sumando información con mucha hospitalidad y respeto, mientras atienden sus puestos, perdidos entre los árboles, de artesanías o mientras llevan los bueyes para la siembra o mientras que cocinan una gallina para convidarte con el almuerzo. Vivir una jornada con la comunidad mapuche, sus niños jugando a la taba y los jóvenes ofreciendo paseos en sus caballos invita a reflexionar sobre la fortaleza de una comunidad sufrida que valora la naturaleza y las creencias.

Datos a tener en cuenta:
• El circuito es muy utilizado por los amantes del trekking y el mountain bike, partiendo desde la ciudad engloba atractivos turísticos tales como el Mirador Bandurrias, Playa Blanca y La Islita. Al final se encuentra la denominada Piedra del Trompul.
• El área es ideal para el picnic diurno. Los pobladores venden dulces caseros, frutas finas y pan casero. Se puede acampar, previa autorización por parte de éstos, en la zona de La Islita.
• Se cobra acceso para ingresar al paraje aproximadazo a $5.

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